Ya hemos llegado a la etapa en que nuestro bebé se lleva todo a la boca, bien sea el dedo, el chupete, un mordedor, o cosas tan raras un zapato o intentar morder las patas de una silla.
Pero no es ahora cuando empiezan a chupetear, si hacemos memoria, los bebés empiezan con el chupeteo durante el embarazo, no es difícil ver en alguna ecografía como se están chupando un dedo. Una vez han nacido siguen constantemente, ya sea con el pecho materno o con el biberón. Posteriormente se van descubriendo las manos y los pies y siguen chupeteando, es de ésta forma como empiezan a descubrir formas, texturas y sabores.
¿Cómo descubren las formas?
Cuando el bebé se lleva algo a la boca, lo intenta morder con las encías, lo chupa y juega con él, ésta es su manera de reconocer de lo que se trata. A la vez, si nos encontramos en la etapa en la que están saliendo sus primeros dientes, el chupeteo lo tranquiliza y lo calma.
¿Cuál es el papel de los padres?
A los pequeños no se les puede prohibir llevarse las cosas a la boca, al fin y al cabo, es la manera que tienen de empezar a descubrir nuevas sensaciones. Bien es cierto, que tenemos que estar muy alerta para que todos los objetos que estén a su alcance no perjudiquen a su curiosidad bucal. Debemos estar seguros de que en el entorno que rodea al bebé no debe haber objetos que puedan hacer daño o atragantarle.
¿Cuáles son los objetos apropiados?
Si nos fijamos en los juguetes para las edades más tempranas, es fácil ver que llevan especificaciones en cuanto su seguridad y el rango de edad apropiado, tipo como; “a partir de 6 meses”, “no recomendable a menores de 12 meses” etc. Debemos hacer una buena elección de estos juguetes, intentaremos que siempre sean de diferentes texturas y colores.